Galeano dice que las
mujeres salvamos a los hombres de la locura, gran responsabilidad nos deja.
Hace poco nuevamente se conmemoró el Día de la mujer ¿Qué mejor que comentar
este libro que habla de nosotras? Pero acá no se trata de un nosotras
contemporáneas, no señores o señoras, este libro nos cuenta sobre valientes
mujeres que han pasado por la historia más o menos conocidas que intentaron
hacer algo diferente o protestar contra aquello que no estuvieron de acuerdo.
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Fragmento
“En tiempos idos, los
onas adoraban varios dioses.. El dios supremo se llamaba Pemaulk. Pemaulk
significaba Palabra”. p.21
Eduardo Galeano escribe
sobre Eva Perón y señala “Desde que nació en el pueblo de Los Toldos, hija de
madre soltera, fue condenada a la humillación, y ahora es una nadie entre los
miles de nadies que los trenes vuelcan cada día sobre Buenos Aires, multitud de
provincianos de pelo chuzo y piel morena, obreros y sirvientas que entran en la
boca de la ciudad y son por ellas devorados: durante la semana Buenos Aires los
mastica y los domingos escupe los pedazos”. p. 43
El escritor describe
Buenos Aires tal como lo he percibido las dos veces que he estado allá, escribe
de manera brillante lo grandiosa de esa ciudad, y cómo puede sentirse un
porteño en este espacio enorme, con grandes parques y calles de estilo europeo.
Hace pocos meses visité la ciudad por segunda vez y me impresionó el nivel de
pobreza que se ve, la gente pide dinero, los niños están desnutridos, realmente
viven una economía muy zigzagueante, pese a eso yo sé cómo lo hacen los
hermanos argentinos, sobreviven a lo que sea.
Encontré este increíble
fragmento “”Para que el amor sea natural y limpio, como el agua que bebemos,
ha de ser libre y compartido; pero el macho exige obediencia y niega placer. Sin una nueva moral, sin un cambio radical en la vida cotidiana, no habrá
emancipación plena. Si la revolución social no miente, debe abolir, en la ley y
en las costumbres, el derecho de propiedad del hombre sobre la mujer y las
rígidas normas enemigas de la diversidad de la vida”. p. 95
Este es un libro triste
y alegre a la vez, cuenta cosas terribles que han pasado en América, relata en
textos breves sobre muchas mujeres anarquistas, feministas, artistas que han
intentado hacer o decir algo diferente y cómo han sido castigadas por salir de
la norma, por querer decidir sobre sus cuerpos, o por intentar entrar al
mundo de la política. Si eres sensible, éste será un libro difícil de leer.