Los dos Borges: Vida,
sueños y enigmas
Ésta en una biografía escrita por Volodia Teitelboim, anteriormente leí
la que escribió sobre Gabriela Mistral,
él es muy académico, muy culto y retrata la vida de los escritores de una
manera bastante objetiva. Da mucho espacio a la política, las relaciones
bilaterales, la dictadura, los encuentros entre escritores, las disputas sobre
los Premios literarios. Llegué a este libro porque hace unos meses comencé a
asistir a un Taller literario, dirigido por MIli Rodríguez Villouta, el taller
se llamó De Borges a Bolaño. Estuvimos leyendo varios cuentos del autor
argentino y sentí curiosidad por conocer su vida. Así llegué a este libro.
Además lo encontré en la Biblioteca Pública Nicodemes Guzmán, la que está
ubicada en el corazón del barrio Brasil.
Frag. “Original hasta para nacer: fue ochomesino. El médico partero
declaró no se sabe si por cortesía tranquilizadora o por experiencia
profesional que esos niños suelen ser talentosos”. p. 13
“Su padre era una fanático de las enciclopedias. Se nutría de ellas a
diario, sobre todo de la británica. El hijo hizo lo mismo. Varios cuentos y
ensayos borgeanos tienen en ella un punto de partida. No son traducciones,
simples resúmenes ni copias. Son recreaciones literarias. Con el tiempo las
comenzó a trabajar como camafeos sorprendentes, labrados por un miniaturista
prolijo” p. 20
“Su ingreso a la escuela se retardó porque la familia temía que los
niños (Jorge Luis y su hermana) contrajeran diversas pestes en contacto con los
demás chicos. Borges atribuye este atraso a otra causa: Eso se debió a que mi
padre, como anarquista, desconfiaba de toda empresa conducida por el Estado”.
p. 22
Relación del padre de Borges con la
literatura. “El padre de
Borges, librepensador, era más culto que la madre. Su novela El caudillo se
desarrolla en un tiempo agitado de guerras civiles que mataron a más de un
pariente. La noticia de los familiares caídos no lo impulsó a tomar la espada
sino la pluma porque se sabía totalmente inepto para proezas bélicas. La novela
fue un trabajo europeo. La auto editó el año 1921 en Mallorca. La llevó a
Buenos Aires, donde la repartió graciosamente entre amigos y conocidos. Escribía
por amor al arte y a costa de su bolsillo. p. 23 - 24.
La posición anárquica del autor de sus días correspondía a la audacia
puertas adentro de un positivista de biblioteca o de café, un liberal culto del
siglo XIX que desconfiaba del Estado y tenía escasa comunicación con el mundo.
La prensa suiza publicaba muy a lo lejos, generalmente a raíz de una catástrofe
natural, alguna noticia sobre América Latina. La patria se les volvió un tanto
abstracta. p. 34
Este fragmento es muy decidor, en relación a que cierta parte de la
sociedad, (sobre todo la clase aristócrata) cree que el mundo real está en los
países desarrollados, por ende deciden vivir en esos países. En cambio países
como Chile, Colombia, Perú, Bolivia, Argentina, son países de segunda clase,
por así decirlo, es como mal visto para la clase alta mantenerse mucho tiempo
en países pobres. Creo que por lo mismo Borges no tenía conexión con otros
escritores o no conocía lo que se estaba escribiendo. Si se relaciona con María
Luisa Bombal, pero ambos eran de la misma clase, y veían el mundo con una gran
influencia europea.
El 24 de febrero de 1938 su padre, completamente ciego, murió fulminado
por una hemiplejia. Un ser -que como su personaje Herbert Hashe- “en vida
padeció de irrealidad, como tantos ingleses, muerto, no fue ni siquiera el
fantasma que ya era entonces”- anota su hijo. La ternura suaviza la tristeza.
p. 128
Tenía cerca de cuarenta años cuando obtuvo un puesto muy mediocremente
rentado en la Biblioteca Municipal Miguel Cané. “Todos estos fueron trabajo
poco remunerados -explica- y yo ya había pasado la edad en que debía haber
comenzado a contribuir para el mantenimiento del hogar...Me pagaban doscientos
pesos por mes, que después subieron a doscientos cuarenta. Estas suman
equivalían entonces a unos setenta u ochenta dólares. p.129
La insignificancia administrativa se transmutará en material literario.
Dio la pauta nada menos que para la Biblioteca de Babel”. Procuró ser una
versión pesadillesca o una magnificación de esa biblioteca municipal. p. 130
Tengo un recuerdo personal sobre Borges. Cuando visité en Praga el Museo
de Frank Kafka. En un documento que leí se mencionaba a Borges, no sé si fue a
través de una frase o una analogía con el autor checo. Me hizo darme cuenta de
la importancia que se le da en Europa a un autor argentino que pasa a ser un
escritor reconocido a nivel mundial.
En esta biografía, Teitelboim habla bastante sobre política. Borges no
era peronista y pensaba que Sudamérica se merecía “las dictaduras”, producto de
militares incompetentes y deshonestos. Dijo ser comunista, radical,
conservador y a su modo, anarquista. El ser simpatizante hacia las dictaduras
de alguna manera provocó que nunca le dieran el Premio Nobel de Literatura.
Sobre el lev motiv en la escritura de
Borges. La obsesión del
laberinto en Borges suele aproximarse a la patología. En el fondo es una
metáfora que habla de la vida como trampa. La alegoría es válida. Porque la
existencia del hombre entraña la búsqueda perpetua de un espacio más libre, que
supere alienaciones y cárceles, el sentirse perdido. Camina a través de una
ruta interrumpida por multitud de barreras, marcada por señalizaciones
equívocas que enloquecen a los extraviados. El sujeto vacila ante opciones
inciertas, monologa preguntándose cuál será la vía que debe seguir para escapar
algún día a su destino. p. 232
En esta biografía hay más análisis de la creación literaria de Borges,
de su prosa, sus cuentos que de su vida misma. En relación a su escritura
Teitelboim señala: Borges tiene algo de hierático en el rostro y la escritura.
Aunque la llene de astucia e ironía suele imprimir a su expresión cierta
majestad lejana. Acuña con fervor de artífice bizantino pequeños mosaicos
dorados, sentencias bruñidas como monedas de oro. Emplea además cierta
indiferencia táctica, un rictus premeditadamente helado, a ratos con sesgo
burlesco, como puntualizando el ejercicio juguetón, sin renunciar a su
escepticismo congénito. p. 257
Se ha dicho que Borges trascendió en Europa sobre todo a partir del
Premio Formentor, compartido en 1961 con Samuel Beckett, aunque antes unos
críticos ya lo consideraron notable. En 1925 Inquisiciones sorprendió a Valéry
Larbaud. Ocho años después Drieu la Rochelle llega a Argentina y de regreso a
París aseguró que “Borges vale el viaje”. p. 260.
No faltó quien afirmara que Jorge Luis Borges quebró el eje
europeo-estadounidense de la hegemonía literaria. Lo que América Latina
no ha logrado en el plano económico lo habría alcanzado en el campo de las
letras, no con la progresión nerudiana ni con el boom de los novelistas
norteamericanos sino a través de este hombre perteneciente a una generación
anterior. No existe unanimidad al respecto. Se oyen voces de protesta ante la
mitificación de su figura por un llamado “público culto”. Nada detiene, sin
embargo, al incondicional que lo proclama escritor “a escala planetaria”. p.
262
Mi impresión sobre el autor. Borges es un escritor excepcional.
Abarca 5000 mil años, un escritor común abarca solo cientos de años. Esto nos
lo contó Mili R. en su taller (gracias querida, eres excelente en lo que haces).
Tuve la oportunidad con otros talleristas de leer variados cuentos del autor,
lo más impresionante en él me parece que es esa sensación de ser tan bueno en
la manera que crea un argumento en sus cuentos, que te da la sensación de que
puede competir con cualquier escritor norteamericano, británico, europeo, de
los mejores en el sentido literario. Al leer sus cuentos, aparece cierta
complejidad para entrar en su mundo, se salta de temas de manera única y crea
realidades completas, como si una estuviese frente a un guión de película de
acción, de ganters, de ladrones con clase, de comicidad al estilo de los
mejores autores de ficción.
Palabras de Borges, “No pasa un día en que no estemos un instante en el
paraíso”. A modo que esas confesiones que le agradaban agregó: Hice de mí esa
cosa extraña, un hombre de letras, un hombre cuyo destino es transformar sus
emociones en palabras, escribirlas, pensar, quizá menos en su sentido que en su
cadencia, en su música, en eso que sugieren; en crear sueños. Ese ha sido mi
destino. p. 280
La mayoría de los argentinos no leyó un solo libro suyo, pero todos
ellos saben quién es Borges. En ocasiones los divirtió y en otras los indignó. Unos
lo endiosaron otros lo aborrecieron. El mismo Borges advirtió sobre sus dos
rostros. Uno es el que proyecta con su obra. Otro, el extraliterario. En esa
dualidad de imágenes la visión de la calle retiene sobre todo al Borges
polémico, al seductor atrabiliario, al bromista aplastante. p. 305
Este último fragmento hace alusión al título de este libro; Los dos Borges: Vida, sueños, enigmas. Por mi parte, un agrado contar
lo que creo ha sido relevante en este libro, ustedes saben, siempre quiero
contar las impresiones que tengo de un libro. Teitelboim escribe de manera
adorable sobre la vida de otros. Saludos.
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