“Siempre he escrito sin saber demasiado por qué lo hago, movido un
poco por el azar: por una serie de casualidades: las cosas me llegan como un pájaro
que puede pasar por la ventana”.
J.C.
La lectura que quiero dar a este libro es para conocer a
Julio Cortázar como intelectual, como tallerista, como profesor de Literatura y
también su mirada política. Él cuenta que no es sistemático lo que en mi desorden
de comprender las cosas me agrada mucho.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgZPFYR0Q_J150ZQhCQJupdF5gy6NvfvCU1L0TBNnobKLphAkr3a2ydjoHlVQHdU7mIHU2PM6u8FQA8rjvyP4zNjN0RCMw_uH9tR2Qs-oRzmrkkOL_uBS_YG1Wcn8Qa5kFrv6C4/s320/9788420415161.jpg)
Cortázar y su sentido político. Frag, “Viví en Buenos Aires, desde
lejos por supuesto, el transcurso de la guerra civil en que el pueblo de España
luchó y se defendió contra el avance del franquismo que finalmente habría de
aplastarlo. Viví la segunda guerra mundial, entre el año 39 y el 45, también en
Buenos Aires. ¿Cómo vivimos mis amigos y yo esas guerras? En el primer caso
éramos profundos partidarios de la República española, profundamente antifranquistas;
en el segundo estábamos plenamente aliados y absolutamente en contra del
nazismo. pág. 17
“Luego, entre el año 59 y el 61, me interesó toda esa extraña
gesta de un grupo de gente metida en las colinas de la isla de Cuba que estaban
luchando para echar abajo un régimen dictatorial. (No tenía aún nombres
precisos: a esa gente se los llamaba “los barbudos” y Batista era un nombre de
dictador en un continente que ha tenido y tiene tantos.) Poco a poco, eso tomó
para mí un sentido especial. Testimonios que recibí y textos que leí me
llevaron a interesarme profundamente por ese proceso, y cuando la Revolución
cubana triunfó a fines de 1959, sentí el deseo de ir. Pude ir - al principio no
se podía - menos de dos años después. Fui a Cuba por primera vez en 1961 como
miembro del jurado de la Casa de las Américas que se acababa de fundar. Fui a
aportar la contribución del único tipo que podía dar, de tipo intelectual, y
estuve allí dos meses viendo, viviendo, escuchando, aprobando y desaprobando
según las circunstancias”. pág. 23
Julio Cortázar fue un ferviente lector de Jorge Luis Borges y
Roberto Arlt.
El cuento y la novela.
Frag. “El cuento oral se da en todos los folclores. África es un
continente maravilloso para los cuentos orales, los antropólogos no se cansan
de reunir enormes volúmenes con miles y miles, algunos de una
fantasía y una invención extraordinarias
que se transmiten de padres a hijos. La antigüedad conoce el cuento como género
literario y la Edad Media le da una categoría estética y literaria bien definida, a veces en forma
de apólogos destinados a ilustrar elementos religiosos, otras veces morales.
pág. 26 - 27.
Julio Cortázar señala que el cuento por sí solo no puede
definirlo, busco por mí misma una aproximación a la idea o la definición del
cuento de acuerdo a conocimientos previos y a maneras en que lo define en este
libro.
“-, por lo que se refiere el tema la variedad del cuento moderno
es infinita: puede ocuparse de temas absolutamente realistas, psicológicos,
históricos, costumbristas, sociales...su campo es perfectamente apto para hacer
frente a cualquiera de estos temas”. pág. 28
“...La gama es inmensa incluso si nos situamos únicamente en el
sector del cuento realista típico, clásico: por un lado podemos tener un cuento
de D.H.Lawrence o de Katherine Mansfield, con sus delicadas
aproximaciones psicológicas al destino de sus personajes; por otro lado podemos
tener un cuento del uruguayo Juan Carlos Onetti que puede describir un momento
perfectamente real de una vida y que, siendo en el fondo una temática
equivalente a la de Lawrence o a la de Katherine Mansfield, es totalmente
distinto”. pág. 28
“Grosso modo sabemos muy bien que la novela es un juego literario
abierto que puede desarrollarse al infinito y que según las necesidades de la
trama y la voluntad del escritor en un momento dado se termina, no tiene un
límite preciso”. pág. 29
“El cuento es todo lo contrario: un orden cerrado. Para que nos
deje la sensación de haber leído un cuento que va a quedar en nuestra memoria,
que valía la pena leer, ese cuento no será siempre uno que se cierra sobre sí
mismo de una manera fatal”. pág. 29 - 30.
De alguna manera define así los siguientes términos:
Novela (abierta) - Película
Cuento (cerrado) - Fotografía
Julio Cortázar menciona al poeta Esteban Echeverría, famoso por su
poema La cautiva, escribió también El matadero, cuento realista que plantea un
enfrentamiento entre los federales y los unitarios. A su vez, el escritor
trasandino señala que los cuentos de Horario Quiroga son realistas.
Hay cuentos que son fantásticos y realistas a la vez. Un ejemplo
de ello es la novela El retrato de Dorian Gray de Oscar Wilde, en donde el
retrato desde lo fantástico pasa a ser parte de la realidad.
Una alumna le pregunta a Julio Cortázar cuál es su cuento favorito
y él contesta que el cuento El perseguidor es entre sus escritos muy importante
porque cambió su vida y lo interpreta en el momento en que lo escribió.
El cuento Apocalipsis de Solentiname es un cuento que me gustó
mucho porque habla de Nicaragua y de otros países que estuvieron con graves
conflictos políticos, además es un texto realista.
J.C. menciona a tres representantes del cuento realista; Chéjov,
Quiroga y Maupassant.
“El cuento realista es siempre más que su tema”. Pág. 134
Este
es un libro recomendable para estudiantes de literatura o gente especialista en
Julio Cortázar. Por supuesto que cualquiera lo puede leer, en este libro
Cortázar habla de todo un poco, del proceso en que creó Rayuela, la que se
demoró 10 años en escribir, de erotismo en la literatura, de realidad y
literatura, de humor y musicalidad. Este es un texto que si llega a un lector
fanático permite profundas reflexiones y vínculos hacia otros textos del autor
y otros tanto de nuestra hispanidad. 100% recomendable.
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