2.1.11

Cuento Ganador del 3er lugar, Las drogas no son puro cuento, año 2005




Hola. Esta es una vieja noticia que no había compartido en mi blog. Se trató de un Concurso Literario, titulado; Las drogas no son puro cuento. Gané el tercer lugar con el cuento El mendigo,también envié el cuento Pedacito de cielo, el cual ganó en ese entonces, mención honrosa, dejo a continuación El Mendigo, más un breve reseña de la noticia en el diario. Fue bonito participar.
También deseo para todos que este 2011, sea un buen año!!

Ya están ganadores 2005 de concurso literario de la Quinta Región.
Por segundo año consecutivo jóvenes respondieron satisfactoriamente al llamado de CONACE Quinta Región para que relataran sus visiones sobre el tema de las drogas.

Un total de 74 obras provenientes de diferentes puntos de la Quinta y otras regiones del país participaron en la segunda versión del Concurso Regional de Relatos Jóvenes "Las drogas no son puro cuento", espacio que busca reclutar las distintas miradas de la juventud chilena sobre el tema de las drogas.



El mendigo


Isa se levantó una mañana temprano para ir al banco. Se veía bien, Bukowski la habría descrito como un extraño ser, lleno de sensualidad. Vestía unos pantalones de mezclilla aflautados a la cadera, llevaba una camiseta de pantys, de esas que se venden a luca y sobre la camiseta azul sin mangas, llevaba una blusa delgada sin hombros.

Isa tenía el pelo brillante, largo y sano, su cara era armoniosa, como una carita de muñeca, los ojos, la boca y la nariz, todo rimaba como si la naturaleza se hubiera fijado en ella.

La mujer era sencilla, pese a su belleza, pero aquélla mañana que salió para el banco, su belleza lucía en forma estridente, casi como un relámpago. Cuando caminaba hacia el banco, un hombre la miró y le dijo: Extravagante, cómo te atreves a caminar por la calle-. Ella hizo caso omiso a su comentario. Al entrar al banco, el guardia también la miró y cuando hacía la fila, algunas personas también la miraban –algo pasa hoy – pensó Isa mientras terminaba la diligencia.
De vuelta a casa sintió ganas de caminar, el día estaba vivible, así tal cual suena, vivible. Se sentó en la entrada de la Biblioteca Santiago Severín a mirar un rato, a Isa le encantaba mirar a las personas, hasta que de repente; Zas, viene un mendigo a pedirle dinero, ella le dice que no tiene plata y el mendigo se sienta cerca de ella.

Él la miraba, así como todos los hombres que la habían mirado ese día, hasta que le habló:

- Eres jipi
- Un poco – contesta Isa
- Fumas
- Un poco
- ¿Y tienes algo ahora?

Isa se acordó que tenía un poco de marihuana en su bolso, lo había traído sin darse cuenta, pero pensó en la situación.

- Si tengo
- Vamos

Y se fueron caminando el mendigo e Isa o Isa y el mendigo hacia el cerro a buscar un lugar tranquilo y sin guardias para poder compartir un pito.
Hablemos un poco del mendigo, de su nombre, ni hablar, yo como narrador no me lo sé, ni quiero inventar uno. De aspecto era joven, no más de treinta, se notaba que era guapo, igual que Isa, estaban buenos para actuar en teleseries, él era rubio, tenía los ojos verdes, pero su apariencia era deplorable, claro poh, si era un mendigo.

Ambos encontraron un lugar para fumar marihuana, así de cara dura. Isa, sacó un papelillo, enrolló el cuete y de inmediato empezaron a fumar, entre que hablaban y disfrutaban del sol. Cerca de ellos, andaba gente en hora de colación, oficinistas, empleados, escolares, eran las dos más o menos.
Fumaban y conversaban. Isa, no comprendía todo lo que el mendigo decía, pero habían frases que si podía entender.

- Bob Marley estaba equivocado
- ¿Por qué estaba equivocado?
- Woman, don t cry
- No llores mujer – Traduce Isa
- En Cantar de los Cantares, las mujeres deben llorar
- Si, yo también lo leí
- Está buena, viene de la Santa Isabel
- No, viene de Limache, es cosecha natural
- ¿Qué eres tú? Emperatriz o concubina
- No soy nada

El pito se había acabado, ambos comenzaron a caminar, no cabe duda que la marihuana les había hecho efecto, tenían los ojos rojos y caminaban lento, relajados.

Caminaron por la calles del centro, ambos volados y ambos votando el humo del cigarro que había comprado Isa. El mendigo miraba como el pelo de Isa caía sobre sus hombros descubiertos, Isa fumaba sin demostrar desconfianza, eran dos personas que caminaban por el centro.

- Te gusta este país- pregunta él
- Si, me gusta, es bonito
- Te gusta la ciencia
- Creo que tengo que irme – dice Isa
- ¿Por qué?
- Tengo cosas que hacer, anda a dejarme a la micro

Llegaron al paradero y ella dijo:

- Estuvo bueno – mientras estiró una mano para entregarle un cigarro

Isa tomó la micro y dejó de ver al mendigo. Al llegar a su casa, buscó un diccionario para ver el significado de emperatriz y concubina. Luego de leer dijo: - Soy una concubina.