4.4.16

Salvatierra del escritor Francisco Miranda

Por casualidad estuve en el lanzamiento de este libro, que fue en el subterráneo de un local en el centro de Santiago. Tomé este libro de tincada, pensé en que era un texto contestatario. No me equivoque en elegir esta lectura.
La voz narrativa en esta novela habla desde la derrota. El contexto se sitúa en Chile en los años de Dictadura. Se cuenta la historia de una familia, donde el padre fomentaba siempre el estudio.
Se rememoran episodios de la historia de Chile, como la época en que escasea la mercadería en pleno gobierno de Allende. La familia tiene un fuerte sentido social hacia los demás. Ellos están comprometidos con el Chile que se opone a la Dictadura.

Frag. “La idea de separar los libros era dejar en la casona los más comunes y corrientes, esconder los más peligrosos y quemar los que no fueran trascendente. Lo mismo hicimos con las fotografías y los disco de vinilo. En la chimenea quemamos durante días los varios kilos de material condenado a desaparecer. Limpiamos los estantes y acomodamos los libros que quedarían en casa, casi pura literatura clásica y revistas deportivas y de moda; antiguos textos de estudio de las humanidades; novelas de vaqueros y de romances. De los cientos de discos, sólo quedaron en casa tangos, boleros y la nueva ola”. p. 17 - 18.

El autor menciona hechos sangrientos de nuestra historia, como la Matanza en el norte, la cantata Santa María, en donde mueren 3000 mil personas. La expropiación de las tierras en el sur, el exterminio mapuche, obreros portuarios en Valparaíso, 40 muertos en el año 1903. Menciona su experiencia en el terremoto de marzo del año 1985.

Hay familias chilenas que no creen haber vivido dictadura y piensan que Pinochet salvó al país del marxismo fanático y de una economía comunista, otras familias hicieron como si no hubiese pasado nada y siguieron el curso de sus vidas. Hoy pagan Isapres, pagan educación, pagan lo que sea porque los consideren gente. Leer este libro me hace reflexionar en eso. El tono de la novela es panfletario, en el sentido de organizarse, levantar un país, creer en el otro. Me refiero a que lo panfletario que noto en este texto, es casi una decoración en la novela, es necesaria, aunque a ratos me pareció un poco repetitiva, creo que el autor lo hace para fundamentar sus fuertes argumentos e ideologías de izquierda, lo que es muy presente en toda esta obra.
Recuerda la Unidad Popular con nostalgia y cae en la realidad del Chile de hoy. Una sociedad materialista que paga el pan con una tarjeta plástica.

Fragmento ¿usted conoce el hospital que se estaba construyendo en la avenida La Feria? Mi viejo trabajaba en esa obra. Llegaron los milicos, primero, y se lo llevaron todo. Eso quedó tirado. Así mismo dejaron tirado nuestro país, después lo demolieron y construyeron otro diferente. Después los patrones pusieron los nuevos andamios y al final los fascistas hicieron las terminaciones de la obra. Mi viejo ya se murio, de pena pienso yo. Y aquí me tiene, ahora con mi hija vendiendo drogas que matan para poder vivir y con mi nieta sin futuro. p. 76
Conclusión del libro o de lo que pienso de Chile. Hay dos realidades políticas que no se mezclan y no tienen reconciliación. Ambas mezcladas con lo peor de nuestra sociedad; la ambición. Yo veo que en Chile ganó la derecha, la izquierda está media entrampada entre la misma ambición del sector político que se opone. En Chile todo es tener, el modelo de hoy nos engaña día a día, haciéndonos pensar que debemos crecer al igual que el neoliberalismo, somos números, cifras, estadísticas y en definitiva ni siquiera sabemos bien qué somos, ni cuántos somos. Por mi parte sigo siendo humana y creo en un Chile con valores, eso intento ver todos los días o rodearme de personas que sean buenas de verdad. Ahora sobre la ambición, se cuecen habas. Recomiendo este libro y agradezco a Francisco Miranda por escribir sobre ese Chile que alguna vez se imaginó y se vivió con Allende. Yo y mucha gente creemos que se puede vivir en un Chile solidario, más humano, más amable. Ahora si se logra el cambio real de la Constitución chilena, podríamos pensar que ya pasamos a otro momento político, ahí se verá en el camino lo que resulte. Recomiendo leer Salvatierra.