10.1.10

Poema para E.U.V.M.


Qué lugar es ese donde nos llevarán las palabras
Las bellas durmientes
Por caminos a menudo distintos
Que eriazo, que infierno,
Que nos esperaría Enrique
En esa blancura que nos reuniremos finalmente
Que aullido, que silencio
Que permutaciones nos aguardarán cuando hayamos atravesado
Todo lo que hay que atravesar
Cuando nos hayamos despojado de todo
Que olvidar, que
En algún lugar infinito se esconde
En un tiempo que no es ajeno
Que ni siquiera nos molestamos en mensurar
Allí donde tiene una casa nuestro terror
De alquiler



Poema encontrado en uno de los cuadernos que tenía Bolaño escrito en los últimos meses de su vida. Lo transcribí de la película Bolaño cercano, puede tener faltas de ortografía, puede no estar escrito como el autor lo escribió, pero más que eso, este poema me ha estremecido. Grande Bolaño, grande en su calidad literaria y en su forma simple y cierta de ver la vida.

5.1.10

Mi bello Bobi, ¿qué te hicieron?


He leído esta novela, la he releído y descubro en Bobi alguien incomprendido, mal visto, un ser distinto humillado, ofendido, mal tratado por muchos que lo vieron y de algo quisieron juzgarlo, porque no basta con ver y pensar algo, si no que los otros, esa alteridad dañina lo acechó todos los días de su vida.

“Las quiero y sé que ellas me quieren, nacieron conmigo, pegadas a mi carne y jamás nos separemos, andaremos siempre juntos, somos los palos de una cruz, somos una sola carne con distinta piel, pero esto ocurre solo para que se vean mejor nuestras personalidades y me gustaría tenerlas completas, desarrolladas totalmente si tú me ayudas, quiero ser, por ejemplo, el perro más diestro, hábil y ágil de la ciudad, quiero ser, si puedo, si se puede, decía bajando la voz humilde y temblorosa, el muchacho más inteligente y bueno de la ciudad.” p. 45 – 46.

“No se consideraba un monstruo, no era jorobado, no era enano ni albino, no era sordo, ciego ni mudo, no sufría de gigantismo ni del mal conicial, no tenía una arrogante estampa, una doble bella estampa, la mitad de hombre, la mitad de perro, dos mitades que se habían juntado caprichosamente y que al comienzo habían amenazado ahogarlo entre sus distintos valores, pero que ahora, ya crecido, ya seguro de sí y la vida, podían salvarlo, a pesar de su padre, a pesar de los golpes sufridos en el barrio y en la escuela”. p.31

“No se trataba de preguntarle nada, no era necesario preguntarle alguna cosa a Bobi, estaba ahí lo habían traído encadenado, lo habían golpeado en el patio de la escuela, lo habían pateado, me dijo que recordaba perfectamente que lo dieron vuelta en el suelo empujándolo con las bayonetas o con los sables para separarlo del profesor y él tenía un poco de sueño y mucha sed, no parecía demasiado asustado, tampoco demasiado admirado de todo aquello, el parecía normal”. P. 154

Luego este mismo fragmento señala que lo golpearon hasta el punto de dejarlo sangrando, esa era el espectáculo que le gente quería ver y habían momentos en que Bobi no sabía si agradecer sus aplausos o llorar y continuar en ese estado angustioso que solía estar cuando estaba explícitamente humillado ante los otros.
He querido hacer una reseña de Patas de perro, de Carlos Droguett que dice mucho, no tan solo muestra la monstruosidad de Bobi, muestra esa Barbarie que aún existe, eso que actuar en forma irracional, eso que hizo que muchos consideraran desposeer a Bobi de todo derecho humano, ¿cuántos como él andarán por ahí perdidos? Bobi hoy puede ser cualquier rareza, algún perdido, que ojalá se encuentre, pero no en lo políticamente correcto, no me refiero a eso, si no que a estar bien consigo, eso no más, ¡qué se yo!