13.3.16

Háblame de amores Pedro

Comencé a leer este libro porque pienso que Lemebel se fue muy luego. Yo supe de Pedro, no por sus libros, sino que por sus talleres literarios a finales de los años noventa, en Balmaceda 1215, en la estación Mapocho. Estuve a punto de tomar uno con él, pero entré a la universidad y cambió mi rumbo, en esa época yo quería eternamente asistir a talleres literarios, no veía la universidad como algo fundamental en mi vida, pero se cruzó el estudio de la Bibliotecología y desistí un tiempo de la literatura, aunque nunca pude alejarme de las letras.

Con el tiempo vi a Pedro en varios carretes, en el Teatro novedades en la época que escribía en el The Clinic, con Pablo Azócar, Rafael Gumucio, Enrique Syms y con otros que ahora olvido sus nombres. Tuve la fortuna de verlo ebrio mezclado entre sus plumas, peleando con alguien o riendo fuerte. En una ocasión fuimos con mi padre a una avant premiere de Patricio Guzmán y vimos a mucha gente conocida y tira pa la izquierda chilena. Recuerdo que estaba Pedro y mi padre, como es tan amoroso con todo el mundo, en un momento en que estábamos pasados de copas, abrazó a Pedro cariñosamente, y él en realidad ni siquiera sabía quiénes éramos nosotros, pero daba lo mismo, estábamos en la fiesta, mi viejo le dio un abrazo de buena onda y el escritor como que se anduvo asustando un poco, pero igual entró en confianza. Hubo mucho vino en ese cóctel  y con mi viejo nos fuimos bastante guasqueados del cine Hoyts de la Reina.

La última vez que lo ví fue en la feria del libro del año 2012, estaba en un stand firmando libros. Vi cuantas lucas me quedaban y fui por su libro Háblame de amores.

                                                                                         Lo saludé, le dije que era un honor conocerlo,
me firmó el libro y le dije que se cuidara. Ni siquiera imaginé que tres años después, tres años que han pasado como si fueran seis meses, no estaría entre las letras chilenas.

Háblame de amores es un libro de crónicas de viajes y de episodios especiales para el escritor. Desde sus primeras páginas Lemebel muestra lo bello y lo feo que ve cuando viaja. No estamos en presencia de un hombre que se encierra en un resort, Lemebel se mezcla con el mundo y vive de acuerdo a lo que día a día aparece, a su vez entrega percepciones de política, del pasado, mostrando cultura y mostrando humor, lo que en literatura siempre se agradece.
Cuenta sobre las veces que vio a Mercedes Sosa, cuenta sobre cómo logró llegar a un concierto importante para la artista y de la solidaridad que tuvieron con él los trasandinos que la acompañaban. En este libro escribe del Chile de los ochenta y noventa.

Fragmento
“Stella Díaz Varin necesitó hacerse personaje para ingresar al mundo del verso macho. En su tiempo, una mujer poeta debía imponerse en medio de los falos narcisos de la lírica reinante. Tuvo que instalarse  a fuerza de escritura y cachetada para ser reconocida, a medias. Pego para que me quieran, decía con la sonrisa chueca...luego del chaparrón. p. 85



Para mí la escritura de Pedro es esa voz, dura, sin vaselina, con fuerza que viene a mostrar ese Chile que siempre se tapa, Lemebel es la voz eterna, que nos dice y nos recuerda lo que somos, los orígenes que tenemos, sus letras tienen la gracia de enrostrarnos las manías más estúpidas de nuestra sociedad, como ser arribista, como hablar de un Chile de cierto sector, de defender la clase social, de creer que si naces en cierta comuna tendrás más beneficios. Por lo mismo respeto sus textos, porque esto sigue ocurriendo, esto seguirá ocurriendo y sus libros, de alguna manera dan conciencia del infierno que a ratos puede ser nuestro Chile y su sociedad. Por lo mismo en el año 2013, Lemebel ganó el Premio Iberoamericano de Letras José Donoso 2013, ocasión en la que recibió el reconocimiento por su asertividad a la hora de exponer la complejidad de la sociedad chilena, una especie de coronación de su enorme carrera.

Frag. “Me parece obscena esa glotonería de tanto tener” De la crónica titulada Seremata lindo país, dedicado a Piñera, aunque el escritor lo llama Piñi.

¿Por qué no se va a Europa si se ve que nunca se va a poder blanquear la porfiada cachambre india de nuestra raza? P. 190

Recomiendo este libro sin filtro, donde el escritor cuenta detalles de su vida, anécdotas muy divertidas y cuenta las veces que se enamoró y cómo fueron sucediendo los hechos, recomiendo Háblame de amores si o si.


Pedro Lemebel murió el 23 de enero del 2015 a los 62 años de edad aquejado de un cáncer a la laringe. Sus últimos días los vivió en la Fundación Arturo López Pérez, rodeado de familiares y amigos.