6.4.15

Librerias de Jorge Carrión



“Continúan allí.
Pero no continuarán allí por mucho tiempo. Lo sé. Por eso fui.Para despedirme. Cada vez que viajo, es invariablemente para despedirme. “Viaje sin guía” Susan Sontag

Este libros lo encontré entre las góndolas de novedades. creo que lo miré varios días, como nadie lo eligió, le di un vistazo, lo encontré interesante y me dispuse a leer sus páginas lentamente.

Fragmentos, citas de autores, libros por leer, apuntes literarios

Les dejo todos los fragmentos o citas juntos, en algunas voy agregando comentarios personales, otras las borro, porque considero que se descontextualizan del tema principal del libro,   o que son citas que ya conozco o autores que ubico. Dicen que los comentarios de libros deben ser breves, en algunos casos eso cuesta mucho, creo que es este.

La sinécdoque y la analogía son las figuras por excelencia del pensamiento humano: voy a empezar hablando de todas las librerías del presente y del pasado y quien sabe si el futuro a través de un solo relato, “Mendel el de los libros”, escrito en 1929 por Stefan Zweig y ambientado en la Viena del adiós al imperio, para avanzar hacia otros cuentos que también hablaron de lectores y de libros a lo largo y a lo ancho del palpitante siglo XX. p.21
Para convertirse en el Gran Mendel. Porque Mendel era un prodigio único de la memoria, “un fenómeno bibliográfico”, el miraculum mundi, el mágico archivo de todos los libros. p. 22

Este fragmento hace referencia a un libro de Stefan Zweig que se titula “Mendel el de los libros”, aquí hay un personaje muy lector, amante de la literatura que vive ajeno a la realidad.

Si pienso en las librerìas de Santiago, todas me gustan, aunque a algunos lugares les tengo mayor cariño, como a la calle San Diego, con galerìas de libros y hombres viejos con el oficio de la compra y venta sobre sí mismos. Me acuerdo de haber estado ahì un par de veces siendo adolescentes vendiendo libros o haciendo trueques de tìtulos que me pedìan en el colegio, me gustaba mucho ir a esa calle, dar vueltas y hurguetear entre las galerías y los libros. Recuerdo una librerìa en Valparaìso, que queda frente al Congreso por Pedro Montt que se llama Crisis. Es un pequeño local repleto de joyas literarias, tienen variados tìtulos y buenos precios. La conocí en la época en que yo estudiaba en Valparaíso. Quienes atienden son gente amable y no desmemoriados, recomiendo conocer esa emblemática librería.

Ahora volviendo a la lectura de Librerías, es que avanzo y avanzo y cada vez me sorprendo más. Descubro ciudades más fanáticas a la religión, escritores fascinados con la correspondencia virtual que tienen con sus lectores y yo aquí, conectandome con esos pensamientos y en los espacios que se les asignan a las librerías en el mundo. Esto tiene real importancia en Europa y Oriente. Hay libros de moda, escritores de moda, lectores de moda y otra gente olvidada que no existe para nadie, así funciona el mundo, si alguien no te descubre, prácticamente no existes, ya lo dijo Huellebeqc en su libro “El mundo como supermercado” , autor francés que por supuesto recomiendo, aunque sus letras carecen de esperanza.

Hay un joven en el parque leyendo, lleva un polera verde.  Ha leído por más de dos horas y nadie, pero nadie lo ha interrumpido.

Sobre Europa.  “Todo Berlín Comunica la misma sensación de parteaguas. Si, desde la Alexanderplatz, caminas por ese amplio bulevar de estética socialista bautizado como Avenida Stalin y más tarde llamado  Karl-Marx-Allee, tan ancho que por él podría desfilar un ejército entero con varios tanques junto al otro, te sorprende que en esta megalomanía espacial, es ese espacio perfecto para la intimidación política, se haga tanto énfasis en la cultura.” p. 97

Bebelplatz. En este lugar se quemaron libros. Se encuentra al lado de un edificio enorme de la ópera. Allí hay una plaza importante, llamada en honor a August Bebel, quien fue un líder del Partido Socialdemócrata de Alemania. Hoy se encuentra un monumento subterráneo formado por una biblioteca con estanterías blancas y vacías que se pueden observar a través de un cristal en el suelo. Esto refleja que los alemanes no olvidan su historia. Me pareció necesario sumar este monumento, a la historia de librerías o bibliotecas que se mencionan en este tremendo ensayo que leo y resumo de alguna manera para abrir más espacios al saber y la cultura de los países.

“Karl Marx Buchhandlung, la vieja librería comunista, que tras su cierre en 2008 alberga una producción cinematográfica y a cuya izquierda se encontraba el viejo Rose-Theater. Dos años antes de su cierre, la librería actuó como escenario del final de La vida de los otros, una película que habla fundamentalmente sobre la lectura”, p.97
Tuve la oportunidad de ver esta película, la recomiendo, es muy interesante, como se deja ver la idiosincrasia o el pensamiento de los alemanes que viven en Berlín y que vivieron la apertura entre Oriente y Occidente, luego de la caída del muro de Berlín.

Intento tratar a los libros como ellos me tratan a mí, es decir, de hombre a hombre. Los libros son personas, o no son nada.
En cuanto se quiere encontrar una utilidad utilitaria a la literatura se la ve languidecer, encogerse y perecer. Una librería es ese lugar gratuito y perfecto que no puede servir para nada. Claude Roy, El amante de las librerías.

A través de la papelería, lugar y catálogo de todo lo necesario para la escritura, uno se introduce en el espacio de los signos Roland Barthes. El imperio de los signos Texto que sin duda nos lleva a la semiótica.

Sobre Santiago el autor escribe: …”Durante los tres o cuatro días que pasé en Santiago decidí que la librería que más me interesaba era Libros Prólogo. Anoté entonces: No es tan grande como la Librería Universitaria de la Alameda ni como la cadena Feria Chilena del Libro, ni tiene el encanto de las librerías de viejo de la calle San Diego, pero Prólogo posee un buen fondo y se encuentra en la calle Merced, al lado de un cine, teatro y café, y cerca de los anticuarios y las librerías de viejo de la calle Lastarria. P. 182

Como ven Santiago no se queda atrás.

Al leer este libro me da la sensación de que son tantas las referencias o los puntos en que converge la casualidad y la literatura que me nace escribir que “Nadie sabe para quien escribe, pero escribimos igual”. A su vez me impacta y felicito al autor por la gran cantidad de Bibliografía que hay sobre este libro y lo que hace que su lectura sea mucho más rica porque permite entrelazarnos a otros espacios de opinión, visión, crítica o simplemente mirada o perspectiva de lo que debiese ser una librería o de cómo entendemos una librería.

Hay que distinguir entre las grandes librerías del mundo y las librerías de urgencia. Por supuesto son éstas las que nos nutren de las lecturas más necesarias, las que no pueden esperar, las que nos entretendrán durante un vuelo o un viaje en tren, las que te permiten comprar un regalo en el último momento, las que te proporcionan el mismo día en que ha sido distribuido el libro que estabas esperando. Sin las librerías de urgencia no existirían las otras, no tendrían sentido”. p. 230

Recuerdo que en Praga, en el terminal de trenes, encontramos con mi ex, una librería de paso, yo le pedía que fuéramos a verla, que entraramos, yo lo pedía insistentemente y mi ex, me decía, que ese era el paraíso para mi...obvio que si y me regaló un libro hermoso, escrito en español, sobre la vida de Frank Kafka en Praga, por supuesto que no hallaba la hora de devorar ese tesoro...gracias Dominik.

Vamos a otro punto. Simplemente amé esta cita.

Nuestro modo de leer, inextricable de las pantallas y los teclados, sería la intensificación en plataformas de información y de conocimiento progresivamente audiovisuales, de esa extensión con implicaciones políticas. Perder la capacidad de concentración en un único texto implica ganar espectro luminoso, distancia irónica y crìtica, capacidad de relación y de interpretación de fenómenos simultáneos. Significa, por tanto, emanciparse de las autoridades que constriñen las lecturas, desacralizar una actividad que a estas alturas de la evolución humana ya debería ser casi natural: leer es como caminar, como respirar, algo que hacemos sin que sea preciso pensarlo antes. p. 292

Las librerías han sido el aquelarre del canon y por tanto puntos clave de la geopolítica cultural. El lugar donde la literatura se vuelve más física y, por tanto, más manipulable. El espacio donde barrio a barrio, pueblo a pueblo, ciudad a ciudad, se decide a qué lecturas va a tener acceso la gente, cuales se van a difundir y por tanto van a tener la posibilidad de ser absorbidas, desechadas, copiadas, plagiadas, parodiadas, admiradas, adaptadas, traducidas. p. 295-296.

Mientras que la biblioteca se obstina en recordarlo todo, la Librería selecciona, desecha, se adapta al presente gracias al olvido necesario. p. 300

Este libro se publicó en el año 2013, Editorial Anagrama en Barcelona.