17.3.18

Mujeres según Eduardo Galeano




Galeano dice que las mujeres salvamos a los hombres de la locura, gran responsabilidad nos deja. Hace poco nuevamente se conmemoró el Día de la mujer ¿Qué mejor que comentar este libro que habla de nosotras? Pero acá no se trata de un nosotras contemporáneas, no señores o señoras, este libro nos cuenta sobre valientes mujeres que han pasado por la historia más o menos conocidas que intentaron hacer algo diferente o protestar contra aquello que no estuvieron de acuerdo.

Mujeres es un libro con relatos breves, con historias de mujeres famosas y desconocidas, con la tradición de la narración y el talento de la pluma de Galeano se vuelve un texto envolvente, me hace recordar quizás La Odisea de Homero y esas ninfas que revoloteaban todo entre dioses de mayor o menos categoría, pero con jerarquía al fin.

Fragmento

“En tiempos idos, los onas adoraban varios dioses.. El dios supremo se llamaba Pemaulk. Pemaulk significaba Palabra”. p.21

Eduardo Galeano escribe sobre Eva Perón y señala “Desde que nació en el pueblo de Los Toldos, hija de madre soltera, fue condenada a la humillación, y ahora es una nadie entre los miles de nadies que los trenes vuelcan cada día sobre Buenos Aires, multitud de provincianos de pelo chuzo y piel morena, obreros y sirvientas que entran en la boca de la ciudad y son por ellas devorados: durante la semana Buenos Aires los mastica y los domingos escupe los pedazos”. p. 43
El escritor describe Buenos Aires tal como lo he percibido las dos veces que he estado allá, escribe de manera brillante lo grandiosa de esa ciudad, y cómo puede sentirse un porteño en este espacio enorme, con grandes parques y calles de estilo europeo. Hace pocos meses visité la ciudad por segunda vez y me impresionó el nivel de pobreza que se ve, la gente pide dinero, los niños están desnutridos, realmente viven una economía muy zigzagueante, pese a eso yo sé cómo lo hacen los hermanos argentinos, sobreviven a lo que sea.

Encontré este increíble fragmento “”Para que el amor sea natural y limpio, como el agua que bebemos, ha de ser libre y compartido; pero el macho exige obediencia y niega placer. Sin una nueva moral, sin un cambio radical en la vida cotidiana, no habrá emancipación plena. Si la revolución social no miente, debe abolir, en la ley y en las costumbres, el derecho de propiedad del hombre sobre la mujer y las rígidas normas enemigas de la diversidad de la vida”. p. 95

Este es un libro triste y alegre a la vez, cuenta cosas terribles que han pasado en América, relata en textos breves sobre muchas mujeres anarquistas, feministas, artistas que han intentado hacer o decir algo diferente y cómo han sido castigadas por salir de la norma,  por querer decidir sobre sus cuerpos, o por intentar entrar al mundo de la política. Si eres sensible, éste será un libro difícil de leer.



No hay comentarios.: