16.2.17

La siempre adelantada Mistral

Gabriela Mistral: El libro y la lectura de Catalina Romero Buccicardi se trata de un texto impreso por editorial UTEM, que recuerda a la Nobel desde un punto de vista teórico paseándose por distintos episodios de su vida. Como su trayectoria laboral, sus constantes cambios de ciudades, entre otras observaciones de la vida de Gabriela Mistral.

Como siempre voy a ir dejando algunos fragmentos, que considero dan para análisis o para interpretar facetas de la Nobel.

Fragmentos
“Así, mientras la mayoría de las mujeres chilenas no están acostumbradas a trabajar, y las que lo hacen son sobre todo obreras que necesitan su sustento diario, Mistral trabaja desde los 15, sus años laborales suman alrededor de veinte, y ya ha vivido en seis ciudades distintas a lo largo de todo Chile. Lavrin (2005)  da cuenta del perfil laboral en Chile durante los primeros años del siglo XX, por medio del cual se hace manifiesta  la diferencia entre Gabriela MIstral  y la mayor parte de sus compatriotas: “en 1913 las mujeres componían el 22,1%  de la fuerza laboral: de ellas el 97% eran obreras”.  Y agrega [en] el censo de 1920 [...] más de la mitad de las mujeres que se clasifican como profesionales son matronas y hay sólo treinta  y cuatro médicas”. p. 40 - 41

“Por lo dicho, una mujer de clase media como Gabriela Mistral, sin hijos, sin marido, sin hogar fijo, dedicada al trabajo intelectual  y afianzando una ascendente e influyente carrera docente, estaba llamada no sólo a participar activamente en estas organizaciones dedicadas a la emancipación femenina en Chile, si no a ser casi un estandarte dentro de ellas . Sin embargo, esto estuvo lejos de ocurrir”. p. 41 - 42

Gabriela en México: bibliotecas populares como eje de la cultura agraria  “En 1922, a los treinta y dos años de edad, Gabriela MIstral se retira del Liceo N° 6 de Niñas de Santiago y se traslada a México. Sin duda, unas de las razones de su partida es el cansancio ante las constantes críticas  recibidas por sus pares  debido a su falta de título profesional; sin embargo, es probable que su mayor motivo para emigrar haya sido su entusiasmo por participar en el proyecto de educación popular del recién citado José Vasconcelos”. p. 49

Para quienes no saben quién fue José Vasconcelos, fue ensayista, ideólogo y político mexicano, influyó notablemente en la definición de un ibero americanismo basado en el mestizaje. Fue fundador del Ministerio de educación en su país, desde el cual desarrolló una fecunda labor, lo que le mereció el sobrenombre de El maestro de la juventud de América. 


Para mí Gabriela Mistral es la escritora y poeta de lo rural, la adelantada, feminista, rupturista, ni siquiera necesitó estudiar para ser profesora, su talento pedagógico era innato. Por lo mismo fue constantemente criticada. Es la poeta del Chile rural, simple, dificultoso en todo, que está en camino a la modernización. Eso noto en sus textos y biografías o en lo que se escribe sobre ella y su itinerante ritmo de vida, con cambios de ciudades y países.
Puede un artista ser sencillo, Gabriela lo era, era una mujer sencilla, dicen quienes la conocieron que era como un libro abierto, dudo que haya sido fácil o simple, creo que ningún escritor puede ser fácil o simple y por más sencillez que se tenga, los escritores están cubiertos de un aire inquieto, de ese algo interesante que los hace ser escritores. Escribir es como transformarse en un instrumento, una herramienta que produce literatura y entrega letras con sentidos múltiples. Creo que eso es la esencia de este antiguo oficio que se apodera de las personas volviendo su alma a este oficio infinito y ávido de seguir sumergido en él.

El libro es considerado como un objeto puro que no debe rebajarse a la masificación en serie. De hecho, el libro es considerado un objeto de lujo y la clase media lo utiliza para ganar estatus: históricamente, entre 1920 y 1950, cuando estos sectores vivían todavía en las proximidades de la Alameda, en Recoleta, en Ñuñoa o en La Cisterna, predominaba el primero de estos ámbitos. Los libros estaban presentes en el estante de todo living-comedor que se preciara. Después de 1950, cuando comienzan a trasladarse a Las Condes, Vitacura y La Florida, el lugar del libro lo ocupará el auto. Los libros, al ser objeto de lujo, son caros. Lejos entonces de su alcance, la clase popular sólo tiene acceso a los textos escolares entregados por el gobierno desde fines del siglo XIX. El estado, así, es quien dictamina qué deben y qué no deben leer las personas sin recursos para comprar libros a su elección”. pag. 53

Este párrafo me hizo recordar el proyecto que se hizo en Chile hace unos años “Maletín literario”, en donde se pretendía regalar a las familias más vulnerables del país una caja que contenía una cantidad de libros, títulos de diferentes géneros, que intentaban representar la literatura que debía estar en todas las casas de Chile. Hubo mucha crítica al respecto, muchos hablaron de analfabetismo y de no saber ni conocer las cifras exactas de analfabetos en Chile, en el fondo y creo que es la crítica más inteligente es que no se puede entregar a la gente una cantidad de libros si antes no les hemos enseñado a leer. Creo que esto pasa porque a veces se busca lograr un impacto en la sociedad, me refiero a que las autoridades quieren hacer algo muy llamativo y no se piensa en las verdaderas soluciones o acciones que la sociedad necesita, además hay que considerar los recursos que hay que gastar en esto, más los profesionales y equipos competentes para hacer llevar a cabo estos proyectos. Es como ser ministro y querer hacer algo sólo porque eres ministro, pero en la práctica ese proyecto no tendrá ningún impacto real en la sociedad. A su vez, como todo esto es rápido, se gastan los recursos de manera rápida, y se cumplen las metas, pero hoy, ¿quién se acuerda del Maletín literario? Me parece que nadie.

Sobre el pensamiento mistraliano
“Dentro del pensamiento mistraliano, la biblioteca pública es el espacio ideal desde donde forjar la cultura. Mediante el servicio de préstamo de libros a beneplácito de sus usuarios y del fomento de la curiosidad por el mundo a través del contacto directo con la obra, este tipo de organización posibilita el desarrollo de la cultura libre y gozosa hacia el conocimiento dejando las facultades frescas para que la persona adquiera conciencia ante su propio devenir”. P. 78



Hoy en Chile, se habla de los “mistralianos”, gente que se dedica especialmente a estudiar y analizar la obra de Gabriela. Es lo mínimo que se merece Gabriela, y eso habla de que en alguna manera hemos sabido leerla, releerla y recordarla, aunque hay muchos de sus textos de prosa sobre poco conocidos todavía. Este libro se lee rápido, no es porque lo diga yo, ni por ser una comedora de libros, está tan bien escrito y la investigación es bastante idónea, entonces como lectora, avancé de manera veloz. Incluye imágenes de la vida de la poeta. De niña tuve la suerte de ir seguido al norte y de estar en el valle del Elqui, de recorrer y conocer Monte grande, junto a otros pueblos chicos y recuerdo que visitamos en familia el museo. Eso desde alguna mirada me hizo sentirme cercana a la poeta y a su vez abrió la inquietud de conocer su obra y a su vez investigar sobre otros escritores y escritoras escondidos en Chile. Agradezco este tipo de producciones que son económicas ($3000), de fácil acceso y que ahondan en la vida de la poeta desde el análisis y lo mejor, es que habla de las bibliotecas y del impacto de la Bibliotecología en ellas, lo necesario que somos los bibliotecarios, la necesidad de empoderarse en esta área, y por qué no decir, “pastelero a sus pasteles”. Una vez más, me despido feliz de terminar este libro y pensando en cuantos más quiero analizar. Cariños  a tod@s.


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