16.8.06

La libertad de la inteligencia

Si tuviéramos la posibilidad de vernos desde fuera nos daríamos cuenta de quienes somos y cómo somos. Esto es casi ver bajo el agua. Es escuchar lo que uno habla, lo que transmite, lo que proyecta, lo que aspira, lo que inspira, es tener conciencia de uno mismo. Dentro de cada uno hay una larga lista de limitaciones. Estas pueden ser intelectuales, sociales, económicas, pero también existen otro tipo de limitaciones que generan mayor lejanía dentro del propio existir humano. Me refiero a que cada uno puede encerrarse en un espacio creado por sí mismo y vivir en él con el convencimiento de que eso es así.
Mi intención al escribir sobre esto es insinuar, que lo que nos puede otorgar la libertad es la “inteligencia”. La inteligencia según la RAE es la “capacidad de entender y comprender”. Aparecen otras definiciones como “sustancia puramente espiritual”. Aquí es donde quiero detenerme, ya que me gustaría unir otros conceptos como “alma, psiquis”, más la trilogía entre inteligencia, intuición e instinto.

A veces descubrir los propios procesos internos que cada uno tiene ayuda más que seguir el comportamiento de lo que “dicen” que se debe decir. A veces es más sano ser “raro” que ser lo que algunos entiende por “normal”. A veces es más sensato “ser” que parecer. Y esto es para mí la libertad de la inteligencia. Entendiendo que cada persona es conciente de lo que elige cuando por supuesto puede hacerlo.
Para lograrlo siento que hay que alejarse del juicio y prejuicio. Hay que dejar de repetir. Dejar de pensar lo que esta época quiere que uno piense. ¡Ojo con lo que no vemos! y ¡Ojo que nada controlamos, todo es fortuito, como el tiempo y la casualidad!
De todas formas este escrito es un desafío tremendo porque tener conciencia ayuda lamentablemente a ver que otros continuarán viviendo en la ceguera y creerán en situaciones que solo su mente creó en base a juicios y prejuicios condicionados por nuestra idiosincrasia.

Hace unos días pensé en esto cuando me vi conversando con distintas personas. Es genial que todos seamos distintos, pero como que siento que hay frases y discursos repetidos, y me aburren. Hay gente que jamás va a tener los pies en la tierra, otros siempre van a querer calcular todo, pero el rollo va en cómo somos hacia los otros y algunos tienen un discurso súper víctima y nunca se dan cuenta de que han complejizado todo a su alrededor. Ni ellos mismos se entienden. Otros se quedan atrapados en su propia historia, tampoco son libres.

No sé si se entiende lo que quiero decir, pero la vida para mi es maravillosa, un milagro constante. Y eso de pensar, siento que igual hay que controlarlo. Estuve leyendo a Dostoievski y este autor dice que a ratos no hay que pensar tanto, si lo más relevante se puede relatar en unas breves páginas. Él habla de seres vulgares y extraordinarios. ¿La ondita, ah? Mi intención no es irme en ninguna conclusión final, pero si me alegro harto de descubrir que la mente no ve lo más inteligente. Dentro de cada uno hay un sin fin de razones por las que procesamos las cosas de una manera u otra, el rollo pa mi es descubrir porqué soy como soy, porqué pienso lo que pienso, porqué estoy donde estoy. Eso. Aunque es reloco y probablemente no lo logre, al menos descubro que por un rato puedo pensar en eso y decir… por este rato solo respiro y tengo la certeza de que me entra aire en los pulmones. Algo así. Es muy loco ¿o no?

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